Hoy me arrepentí de haber subido a la 148, pues hubo un problema entre este carro y otro ómnibus más grande.
El chofer de la 148 decía que el chofer del otro ómnibus tenía la culpa, y se bajo del carro y lo comenzó a enfrentar, el chofer de la 148 estaba muy exaltado y alterado, era algo normal pues su carro había sufrido ralladuras, y comenzó a gritar palabras un poco groseras al otro chofer, este ultimo estaba más calmado y se limitaba a responder ciertas preguntas y por momentos se quedaba callado. Fue ahí cuando pensé que el chofer del otro ómnibus había tenido la culpa; sin embargo, uno de los pasajeros del carro donde yo iba, o sea la 148, dijo que el que había originado todo era el chofer de la 148 y que el otro chofer no tuvo nada que ver, y comenzó a explicar como había sucedido todo.
Mientras que el señor nos explicaba como había ocurrido todo, el chofer de la 148 seguía gritándole al otro chofer y al parecer fue tanta su molestia que rompió uno de los espejos del otro carro. A penas hizo eso se subió al carro y comenzó a manejar lo más rápido que pudo.
Me asuste mucho porque pensé que tal vez el otro carro podía acelerar y chocar por detrás al carro donde yo iba. Por un momento la 148 le llevaba mucha distancia al otro carro, pero de un momento al otro el carro apareció y ya estaba delante de la 148, por ratos le cerraba el pase y fue entonces que el chofer de la 148 doblo por una esquina y siguió otro rumbo.
Y las preguntas que me hice durante el resto de mi viaje fue:
¿Por qué recurrir a la violencia?
¿Dónde estaba el policía en el momento que más se le necesitaba?
¿Por qué los pasajeros se quedaron callados sabiendo lo que realmente habia sucedido?